miércoles, 15 de septiembre de 2010

Siglos de historia nos contemplan

Esta y no otra es la idea que se te pasa por la cabeza cuando visitas la ciudad de Toledo. En mitad de la Mancha se levanta esta mole de cultura, historia, leyendas y magia. 
Podria hablar de mil cosas en referencia a esta ciudad, pero cuando caminaba por su callejuelas solo notaba que estaba pisando aquello que tantos otros a lo largo del tiempo habian pisado, que estaba observando lo que decenios atras se habia levantado, que estaba, en fin, caminando sobre la historia.
Una historia que me es, en realidad, ajena ya que solo conozco su realidad a través de libros, de estampas mil veces repetidas de todas esas cosas objetivas que hemos aprendido, a saber "La catedral de Toledo sufrió varias epocas de construcción, desde la edad media donde los maestros de la piedra fueron labrando el material hasta conseguir..." Pura palabreria de biblioteca, Toledo, como muchas otras ciudades, tiene mucho más. Oculta, entre cuevas y ladrillos, leyendas y antiguos sortilegios de cristianos, judios y musulmanes. Oculta una esencia cifrada que no es posible entender. A Toledo no se la ve, a Toledo se la siente. Si no es así no merece siquiera la pena acercarse.

Tal vez esta no era la sensacion que obtuve cuando llegé pero, casualidades del destino, acabe haciendo una ruta nocturna alejada del ajetreo habitual de la plaza de Zocodover y muy diferente a la que suelen ofrecer los guias turisticos. Los tipos de la ruta eran raros, mas que eso, parecia que acabaran de salir de tertulianos de Cuarto Milenio y acostumbraran a telefonear a Iker Jimenez en momentos de abrumadora presencia estrasensorial. Aun así sus explicaciones resultaban muy interesantes. Hablaban de la orden del Temple, de sus misterios, la cueva y la ermita que habitaban y de puntos de fuerza paranormal. De la caza de brujas en el Callejón del Diablo a manos de la Inquisición y de la picaresca española. Villas encantadas y psicofonias de la guerra civil en la casa de la traperia. De la parroquia de San Miguel el alto a la Escuela de traductores de Toledo. Hablaban, en definitiva, de todo lo que uno no piensa cuando visita una ciudad. Y con estos cuentos me fui a dormir, y con estos me levante observando que en algunas puertas y algunas iglesias aparecia una decoración de pelotas redondas de piedra, me pareció muy curioso porque nunca las habia visto y nadie me supo responder el porque de este ornamento, aqui os dejo una fotografia de lo que digo y os invito a que reflexioneis y digais que creeis que es.

Este texto no es mas que una invitación a visitar Toledo, es tan solo un ensayo de este blog creado para compartir cultura y sabiduria.

(Betty en C.)



1 comentario:

  1. Bueno, bueno, haurem de comensar a posar això en marcha!
    Encara no havia tengut massa temps per llegir, però Betty, m'has ficat es gusanillo de visitar Toledo ya mismo!
    A veure si tots mus animam, que això ha d'anar creixent!

    1kiss

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